Esteban Mario Couceyro

Perdidos

La sociedad, semeja una máquina y por ende un mecanismo concreto, con una economía funcional, como cualquier vehículo moderno (cómodo y eficaz).

Por ello, debe ser usado dentro de un contexto muy definido (cuando más eficiente, más estricto).


El misterio, es que el humano, colisiona
intrínsecamente, con la perfección de esta arquitectura social.

La individualidad del sentido de libertad, nos hace únicos y discordantes del conjunto, en algún preciso punto de nuestra conducta social.


Quizá, con el tiempo, algo cambie en nosotros, haciéndonos a la medida del sistema...,
como una sociedad de hormigas disciplinadas, por un impulso que ni ellas mismas comprenden.


Aún así, siempre hay una hormiga, que se extravía del sendero y nunca regresa.

En algún momento, es posible que usted y yo, nos encontremos en alguna encrucijada distante del hormiguero.

Perdidos..., pero con una evidente satisfacción por ser distintos.