La Cuestión
Allí en las sucias calles desoladas de la noche
Donde el viento caluroso amortigua sus deseos,
Los cobardes poderosos asolan corazones.
Allí en las horas conspicuas, obscuras, silenciosas
En donde cada ronquido de inocencia vale oro,
Los cobardes poderosos arrasan con bastiones.
Allí donde el Ave María, Credo y Padre Nuestro,
Rompen los cielos y cavan impuras sepulturas
Los cobardes poderosos profanan oraciones.
Mas hoy en mi día de ser un pobre valeroso,
Tú cobarde, que me ves con esos tus ojos ciegos,
Tú poderoso, que me hablas con tu boca tan muda;
No puedo más que escucharte con mis oídos sordos,
Y dejar que averigües en asombro por tu cuenta:
Qué sorpresa ahora empuño en mis manos tras mi espalda.
Tom Duque
Abril 19 1986
Salt Lake City, Utah.
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