Y podrán decir que todo me es indiferente, que aparentemente \"nada\" me es complaciente, y que todo me pasa y que nada me importa, ¡pero eso es mentira! Me mueve la simpleza de las pequeñas cosas, todo lo que esta por debajo de lo bajo, lo que nadie mira, ahí miraré yo, y lo que nadie quiere, eso lo querré yo. La belleza de los demás es por demás despampanante, y lo que brilla no me gusta porque embrutece y no deja ver el rededor de las otras muchas cosas pensantes. Como el coloro huipil de las indias y sus largas trenzas, o ese naranja del alba cuando el sol claudica y la luna gana. Todo lo que es tan caro que ni con dinero se compra es lo que yo quiero encontrar, el tiempo, ¿cómo voy a sobornar al tiempo para que me regale otro segundo por la mañana escuchando el eco de los pájaros que brincotean la copa de los árboles mientras cantan?, ¿Cómo voy a pedirle a las rosas que renazcan pétalo a pétalo entren sus ¡vaya olores! que perfuman mi olfato?, ¿y acaso las olas reinvindicaran lo que el viendo dejó que perdiese por descuidada? Se mofara de mi la naturaleza si pido que mi voluntad se haga. Y es por ello mi interés siempre sobre lo complicado, lo que no sé somete a la manía de mis antojos, eso que no sigue la guía de mis caprichos, ahí iré siempre y pensaré en ello por las noches antes de cerrar mis ojos.