Escríbeme unos versos, dijo un día
la dama que mi amor lo cautivaba;
aquella que su cuerpo me negaba
sabiendo que de amor me consumía.
Su estampa, que sensual me seducía,
mis venas con ardor las exaltaba;
mas nunca de sus dones me entregaba
la gota de pasión que yo quería.
Pedía la pintara en un poema
haciendo de su imagen bella musa;
poniendo en su cabeza la diadema
que emite de lascivia luz profusa;
su idea me ponía en un dilema
al ser de mi ilusión mortal medusa.
Autor: Aníbal Rodríguez.