Amanecer once
Gracias por la paz que le infundes a mi alma.
Sigues inmóvil... inerte...
simplemente respiras,
pero aplicar hidratante sobre tu piel, sentirte tibia,
me hace creer que luchas por volver
y yo, solo trato de sentir alguna señal,
pero tu paz calma mi angustia
y me invita a palpitar a tu ritmo.
Te hablo... inútilmente,
solo tu alma me escucha pero...
y que importa si el amor habita en ella.
Acerqué nuestras caras y te pedí fuerza,
te reiteré mi compromiso eterno,
de estar a tu lado,
que si quieres nos vamos juntos,
nunca me negaste tu apoyo y compañía
porqué yo debiera ser egoísta ahora
y pensar solo en mi,
finalmente como se llamaría eso...
de seguir el camino sin ti...
Tu decides mi bella durmiente,
no soy tu príncipe,
soy tu vasallo, tu dirás.
Clamé a Dios por fuerza
y me lleno de valor,
tu me das la paz,
no les fallaré ni a ti, ni a Dios.
Hasta el final, cuál sea, no hay pereza,
ni cansancio, mi mente al cien,
no te apures, sigo a tu lado,
mi Monita del amor,
como te enseñé...
caminar siempre al lado de mi corazón,
para sentirte cuando no te viera.
Solo pido, respeten nuestro amor.
Ron Alphonso
5 de enero 2021