Camino descalza
y me conecto con la madre tierra,
aprecio la sensación y la conexión
que surge entre ella y yo.
Avanzo...
mientras mis sentidos son
envueltos por el sortilegio de la biósfera,
mis oídos escuchan una orquesta sin igual,
provenientes de pequeños seres revoloteando
en el cielo, buscando un nuevo destino.
Mis manos,
aprecian la textura del tronco de un roble
que quizá lleve cien años,
mientras el viento trae consigo una fragancia
natural, quizás de un jardín repleto de
diferentes flores que adornan el panorama.
Y en ello cierro los ojos para escuchar
sonidos y murmullos, el resonar de las hojas
cuando caen al suelo o el silbido del aire,
quedo perpleja del espacio y la magia
que nos ofrece la madre naturaleza.
Mar.