Espejo, cantera de babel que avezas bestias;
Catalizador del alba; contexto del rocío matinal;
Elote y masa cosida o corredor torcido
En donde se transportan ojos delgados por el sueño
Y manos ásperas, amplias en esfuerzo y verdad.
Sonríes bien, espejo. Tu boca desfigurada encarna,
Como un sello de muerte, el hastío del obrero,
La soledad de la víctima, la oscuridad del ladrón
Y la aciaga cúspide entre los portales y las ventanas.
Sonríes bien, iluminando la voz de tus habitantes,
Sonríes bien, espejo, resplandeciendo entre rincones negros,
En donde los gatos y los perros acechan su eterna venganza nocturna.
Llevas, como un regalo en tu vientre,
El sonido del trueno, la voz de mi patria.
Estas despierta para mí y yo te observo:
Sé apreciarte muy bien, y tú sabes guardar tus armas,
Abreviar tus recorridos para que yo te guarde cuando es noche,
Y entonces… de verdad que eres mía
Embestida en mis bolsillos como un aluvión de gotas densas y mareas frías.