Tú que vienes como el aire que ronda las vidas, que rodea los huecos que deja el cuerpo.
Lágrimas negras escapan de tus pieles, mueven del recuerdo que huye de tus miles de manos.
El espacio quieto, esperando las zarzas, espantando las estrellas para que en la nada no se sienta nada.
Aquí en silencio, en lo absoluto, en los cueros del tiempo y el universo.
El mundo duerme, caen las manos y los roces, se escapan ya los besos.
En el horizonte aparece el Sol, dice que vendrá, que algo nuevo viene.
Llueve el deseo, la nube azul aparece, corretea un mar inmenso.
Matices ocres van salpicando al corazón.