En estos largos días privados de placer
donde gana el encierro y la fría soledad,
insistente se come mi mente la ansiedad
por lograr nuevos lazos con mi novia de ayer.
Cuando la encontré en las redes casi sin querer
me condujo a hermosos tiempos de mi mocedad,
y hoy que creo estamos solos por casualidad
preso soy del ansia de querer volverla a ver.
No obstante para escribirle me falta valor
y he consultado al I-Ching para una conclusión;
y recibí en respuesta mensaje alentador.
Tendré que emprender camino hacia una solución
pues ya pasó tanto tiempo y me asalta el pudor,
no obstante tendré que manejar la situación.
Habrá motivación
pues por verla nuevamente no encuentro la calma;
alúmbrame, mi Señor, quiero alegrarme el alma.
Jorge Horacio Richino
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