Sublime más allá de la estimación que es capaz la razón,
rompes la concepción de los límites naturales,
solo comparado con lo noble de la raíz matemática,
o quizá la inmensidad apabullante de un horizonte sin final visible.
Las sensaciones al contemplarte tocan en los lindes de la patología,
no sólo por la pureza del sentir, sino por todo tu aliento de vida,
sentimiento estético que excita nuestro ánimo,
elementos metafísicos que ciegamente oran al infinito.
Cada aurora que ahí nace apunta entre sonrojos,
dejan mi alma en el éxtasis sumida,
milagrosa naturaleza, pues inmaculada,
misteriosa, trémula y callada.
Cada árbol gentil parece ayer nacido,
nunca se cansan de mirar mis ojos,
frente a ti quiero ser inmortal, con sed intensa.