La araña barroca pende coqueta y palaciega
sus mil brazos sonrientes en cristalinos caireles,
luces arácnidas que danzantes iluminan la siega
de amores galantes de victoriosos cien coroneles.
Lujo del arte febril hecho fino cristal de Murano
sacra armonía sonora del insólito violín de Paganini
que el genio divino jamás pierde su carácter ufano
aun alternando los bufos del gran italiano Rossini.
Variables en mágicos mundos de atractivos paisajes
cuando en otros realismos terrenos soplan furias malditas,
trágicas son las peripecias de cansinas fatigas marchitas .
El destino individual provee al azar la calidad de los viajes,
tutelas primas de hermosos y muy cautelares proyectos
ó el desatino del fúnebre castigo hacia pobres insurrectos.