Y nos hicimos
Porque no somos estatuas colocadas
a la intemperie de lo divino y excelsa
creación, quisimos ser el uno del otro
mientras escuchábamos aquella canción,
la que te gustaba a ti y a mi por decir,
porque solo te miraba esa boca que hacia
sentir esa fuerza tan arrebatadora que la
pantalla desee atravesar y en tus brazos
estrechando suspiros con suspiros mirarme
en ese color pardo de tus ojos claros tentando
a lo que no podía negar mi amor al chiquillo.
Me dijiste ¿tienes ganas? no pude negar
porque te mirabas en el brillo de mis ojos
que querían disfrutar un bello sueño
escapado del altar, a un lado lo legal
y te hice sentir el dueño, de mi cuerpo que
junto al tuyo lo hiciste llegar ¡qué delirio viví!
Mis senos los besabas y embargados de saliva
le supiste dar el significado de la vida.
Dos aureolas se erizaban al contacto
de tu boca que ellas la disfrutaban,
cómo decirte lo que me producías querer
si pude darte mi consuelo en oscuras
tus noches sin placer y me sentí orgullosa.
Me arrodillé una y otra vez al encanto
de tus rodillas que besé despacio esperando
subir al trapecio que erguido me retaba.
Como una alquimista, subí, no me arrepiento
de habernos estrellado en esa pista que tocaba
tan salvaje y nos entregamos gotita a gotita
unas de las entregas a exhibir sin camuflaje,
nos hicimos humanos queriendo revivir
el segundo encuentro... deseo morboso que
no se disimula.
Fuimos actores del amor pasional
y al sentirnos uno dentro del otro
como raíles ardientes, en la primera pista,
¡qué pesar! nos tuvimos que bajar.
Mi Rey mago entró anoche, qué noche tan loca
y revoltosa, que me hizo sentir apetitosa
de lo que traía, en su mochila de sueños,
llenar las ansias mías. Y le dejé.
NellyCastell