Una novela
te hechiza y enamora
entre sus letras.
Por ellas vagas
en mundos diferentes
y de utopías.
Irás a sueños
que traza, con su pluma
el escritor.
Y así serás,
también protagonista
de los sucesos.
Tú sonreirás,
perdida, en los lejanos
amaneceres.
Y llorarás
en tardes y en ocasos
con despedidas.
Pero tendrás
la fuerza seductora
del sentimiento.
Podrá latir
tu sangre, sin descanso,
por la emoción.
Y hasta dormir
en brazos de una luna,
que huele a tinta.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/08/20