Viajera, venida de otras tierras;
llegaste al cobijo de otro suelo.
En esta patria tu raíz aferras
y das a los tangueros consuelo.
El dolor de la orfandad callaste,
siendo linda y fiel compañera.
En ese afán de crecer trepaste,
semejando así a las higueras...
Tu belleza irresistible se poetisa.
Las aves tu rico néctar han libado;
Bardos te premian con su sonrisa
y muchos músicos te han tocado.
¡Testigo de bellos amores has sido,
Y no te olvidan los que han sufrido!