Diminuta,
observo tu fortaleza,
que se eleva en ese traje
de piedras rasgadas,
dibujando imperfectas
estrías marcadas
por el paso del tiempo,
la lluvia y el viento.
Misterios en tu cima
que llaman a intrépidos
a escalar tus formas,
jugando con el vértigo
que escapa a cada horma,
de cuanta pisada queda dibujada
sin ser percibida por esta mirada
que a tus pies admira
tu imponente fachada.
Lau.