lucecitta

carnada viva

¿Sabes por qué hablo sin parar?

Deberías saberlo, vos lo dijiste, "sos mi novio"…

Entonces, Sí, ahí dentro tuyo debería estar la respuesta..

Pero no.

Hablo mucho y me rio, sólo para que por una vez me hagas callar con un beso.

Y entonces me preguntas, ¿Qué? Cuando te miro con las pupilas fijas en tus pupilas.

Nada…  te digo… y ese nada significa un todo… y  deberías saberlo, o al menos intuirlo… sentir dentro tuyo como una llama, una luz prendida que consuma el oxigeno y evapore las dudas hasta que emerja de tu boca el mas dulce de los besos...

Pasa que eso, debería ser así desde siempre.. desde el comienzo de los tiempos, desde antes de ser hombre y ser mujer, desde alguna nube perdida en el cosmos..

¿entonces por que me miras así?… repites

Y sólo sonrío… con desazón, con tristeza, sonrío con pena, con dolor, sonrío y te miro, entonces pienso, no me ves… estoy frente tuyo y no me ves… mis pestañas te saludan, y en la laguna de mis ojos chapotean las mariposas con destellos fluorescentes… y no me ves…

Otra vez quise ponerle lentes a un vidente equivocado…

¿Sabes porque hablo sin parar? No es que tenga siempre la razón, de hecho estoy segura de no tenerla la mayoría de las veces. Y quiero que me lo hagas saber, que me digas “NO, esto no es así”. Que me tomes del brazo cuando me doy vuelta y me digas que deje de comportarme así. Y en ese instante, quiero que me comas la boca de un beso y me dejes sin palabras, por una vez en la vida, dejame sin palabras, llévatelas todas de una mordida, arrancamelas de la lengua, llevate a pasear las mil mariposas de mis ojos. Así dejo de hablar.

Por una vez en la vida quiero dejar de hablar, quiero ver salir algo de vos… que me busques, que me pongas un freno que me diga “aca estoy”.

 Quiero que tengas el suficiente coraje para buscar lo que me hace feliz, el coraje para aprender sobre mí, sobre este ser tan difícil…¿es que no me ves?... te elegí a vos… y me desarmo en errores para poder amarte, me reinvento por las mañanas para sacar una carnada que atrape el pez de tu atención y una un poco mas nuestras vidas.  me tiro yo, a este océano insano. Soy tu carnada, viva...  me traviesa el anzuelo de la decepción de lado a lado, me arde la sal de tu abismo... y  entonces me derrumbo en las noches comprobando que la carnada no sirvió de nada.

Una vez más no me viste. Una vez mas fue en vano vestirme con mis medias rojas y peinarme lo mejor que podía.

Que linda que estas hoy…

¿Ves? no es difícil… cinco palabras que me hubieran cambiado el dia…  que significarían que me viste, y que tras mis medias rojas y mi cabello arreglado también viste a la niña de los ojos de mariposa que esperaban ser liberadas… y también viste este corazón desesperado porque captes alguna de las señales…

Pero no… ni cinco, sólo una… ¿qué?...  como dicen los padres cuando ven a su hijo que los mira pícaramente en una juguetería…

Sí! Soy esa niña que te mira como diciendo, ¿me compras esa muñeca?... tan evidente!... tan arrojada a tu no… suicida, a tu inevitable negación… la de siempre, la de todos los días… tu incomprensión.

Una vez más deberé cerrar el cofre. Las mil mariposas y sus estaques fluorescentes, las lagunas de lagrimas, las gotas de sangre, los destellos, los resortes, las hamacas donde no nos hamacamos, el vientito de mis pestañas, las palabras que no escuche, tu mirada fría, tus palabras secas, mis palabras mudas, la carta que jamás llegó, los sueños, los oídos endulzados de esperanza.. todo eso yace en la oscuridad total de este cofre, de donde nunca debieron salir.

¿Ahora sabes por qué simplemente sonrío?...

¿Ahora sabes por que hablo sin parar?

¿Ahora al menos intuyes por qué te miro con ojitos brillantes?