Lentamente se abren las puertas
Y vas apareciendo tú, serena,
Feliz, hermosa y al sonar
Del melodioso “Ave María”
Caminas hacia mí.
Que linda luces de blanco,
Inmaculada, frágil como porcelana
Y hermosa como un atardecer
Caminas al son de la canción
Sonriente y decidida.
Te tomo de mano y me sonríes
Y te sonrío porque ante Dios vamos a
Jurar amarnos por siempre,
Ante la bendición del cura
Te beso con mucha pasión.
Todos en la iglesia aplauden
Les sonreímos entusiasmados,
Me tomas del brazo, cuando
Comienza el Aleluya de Heandel
Caminamos rumbo a nuestro destino.
© Antonio Quesada Espinoza. Todos los derechos reservados