El frío cala en los huesos
tu calor me resulta tentador
empezando por tus besos
y rezumando tu olor.
Anoche estuviste estupendo
tocando mi bella flor
anoche no hacía frío
en tus brazos, tu calor.
Y despierto pensando en ello
en esquisito y nuestro, ardor,
pensando en una noche
bajo tu cálido edredón.
Ese es tu reluciente don,
ser el hombre más caliente
que hayamos visto los dos.
Y en mi el más reciente.
Como tu no hay dos,
con el frío lucho ahora
por no tenerte, calor,
el calor que me enamora
junto con tu voz.