Vivo contando las horas del reaccionar.
¿Cuándo, me digo, vamos a despertar?
No creo ser la única que lo nota;
hay mansedumbre y muchos pecadores,
y no les parecen importar los dolores.
Ero, lo grave es que la plegaria se agota.
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Los templos se rebosan de oradores.
Muchos se escurren por los corredores;
van confiados en que Dios todo les dará,
y a los penitentes en la lucha nos unirá.
Hoy, hasta aquellos que se decían ateos;
vienen a la iglesia a orar como los hebreos.
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Dicen las mismas rezanderas de oficio,
que ahora, se ve muy activo el pontificio.
Los curas ya no cumplen los horarios.
Pero, el que menos te rezar dos rosarios
Ya que antes, no era lo mismo que ahora;
Vienen a la iglesia apenas asoma la aurora.
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El sistema quiere manso, al insurrecto.
La iglesia conoce que eso no es correcto;
el cura sabe que humillar genera llanto,
y que, con ello, negaría el mensaje santo.
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Si la iglesia ha perdido su sagrado trono,
es porque el pío, ya conoce su abandono.