El tren
Dorados sueños se vislumbran
entre esos montes de angustias
que desde mi asiento de tercera
veo regocijado abriéndose camino.
Clavada una espina en el corazón
me recordaba el peligro de soñar,
y entre más brillo perder la razón
en un camino que solo debo andar.
Entre valles, campos y montañas
el tren me envuelve de nostalgia,
un paisaje que de niño extrañas
carente del dulce olor a la magia.
Mi corazón no sé siente, que pasa ?
por tanto brillo la espina ha salido,
y por el prado los sueños se agitan
ruegan por un despertar tranquilo,
por un mañana de frescos vientos,
de amores que sumen mañanas,
de un ayer que reste desilusiones.
Tome el tren con destino a los sueños!