Fueron tus ojos traidores
de mis delirios la fuente,
y su mirar inocente
fue mi cielo de colores.
Sus reflejos soñadores
me embriagaron dulcemente,
fueron tus ojos traidores
de mis delirios la fuente.
De mi amor fueron captores
doblegando el subconsciente,
y quien me volvió demente
con sus divinos fulgores,
fueron tus ojos traidores.
Autor: Aníbal Rodríguez.