rrodriguez

A mi hermano Rafael

Felito, hoy estoy sentado a la mesa de mi casa,

donde estoy mirando tu retrato.

Me acuerdo que bailábamos al

compas de Michael Jackson.

 

Hoy me acuerdo,

aquellos momentos felices,

jóvenes; el tiempo no tenía límites.

Por la isla, en la Parguera, Boquerón,

aun en el rio Guanajibo, tú y yo, unidos.

Me acuerdo que no podíamos parar,

Felito, en aquel tiempo juntos.

 

Felito, tú te fuiste

un día de septiembre, un martes,

pero, en vez de irte riendo, estabas triste.

Y yo sin poder ir a verte,

luego te encontré durmiendo para siempre.

Y ya la sombra del tiempo arropa el recuerdo.

 

Oye, Felito, espérame

No tardo. Bueno, allá continuaremos bailando.