Alfredo Saez

-El Hombre Anatómico-

Tiempos nuestros  que ya se acercan acotados

 distancia con aquellos gozosos de tránsitos  juveniles

ahora azarosas previas aleatorias como un juego de dados

mientras se añejan muy pretéritos recuerdos  por miles.

 

Todo suceso vital y cotidiano de hoy se nos revierte

que anciano no imaginó le vendría al riente pibe verdoso

en la axial lejanía metafísica de la advenediza Muerte,

anacoreta diligente del portante ultimátum lloroso.

 

¡Y allí está! estático y recordado Hombre Anatómico

de la solemne Sala Auditorio de mi viejo y amado Liceo,

piel roja en su metamorfósico formato, didáctico y robótico, 

paradigma entonces era de la Fisiología de mi clan pigmeo.

 

Por fuera los recios músculos deltoides

 por dentro en par los neumáticos pulmones

muy cercanas en la afinada garganta las tiroides,

exhibición muy inductiva de biológicas funciones. 

 

Te veo en la memoria melancólica mi quieto Señor

y pido perdón por las molestias de sádicas autopsias

que alimentaron a adolescentes curiosos un sueño mayor,

salvar intuídas ignorancias de metafóricas crueles anopsias.