Dentro de cinco años
Ya no seré una mujer apasionada
Capaz de hacer que se levanten
Las pirámides
O las columnas bizantinas
Del más vulgar mancebo
Pasaré al rincón de los elefantes
Con el rostro como pata de gallo
La voz atrincherada
Y los ojos hendidos
En un mal de preguntas
No volveré a beber el elixir de los dioses
A la hora de querer succionar
El apéndice más erecto
Porque las décadas me arrinconan
En el lugar mas sombrío
No volveré a postrarme en el aren
De ninguna conciencia
Mundana
O cataléctica
Mi cuerpo será totalmente poseído
Por una ancianidad corpórea
Que dará asco a los capaces
De extenderme sus ojos
Yaceré en el establo de los equinos
Confundida y plisada
Porque la maldición solo es para mí entidad
Solamente por mi pasará la vida
Tú gracias al elixir de los dioses
Te mantendrás garboso
Poseedor del caven
De los egipcios
En tiempos de Marco Antonio
Y Helena
A tu cuerpo no llegaran siglos
Ni años, ni horas
Todos quedaran embalsamados
Con éter
Y resinas traídas del Oriente
Danzaras con las odaliscas y las pirañas
Creyéndote el más famoso Don Juan
Chupador de caramelos
Bendecido por la inmortalidad
Y el dios del semen eterno
Incapaz de abandonarte
Lo qué es la vida
La ceguera y el orgullo
Tu eterno cabrío
Yo, tripa y fango.