PIE PERPETUO
Mamá, no deseo mirar al cielo;
marchitas hojas allí se esconden,
hay cuencos sin agua,
pies con frío,
hasta portal irreal.
Papá, ya es hora
de confesar “lo siento”
de cruzar la vía con enlazadas manos,
de rogarte un largo abrazo
antes que tú te vayas.
Mamá, hoy miré el infierno;
la aventura ahí es irreal,
la dádiva no es perpetua,
y tú me faltas demasiado a mí.
Papá, mi deseo ya se ha ido,
mis sueños son traicionados,
tu secreto ya se ha esfumado
y tu pasado huele a incoherencia.
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Del poemario /ESTIGMAS 2020