Ya no voy al parque donde solíamos ir,
Ni tampoco ya acaricio las flores de mi jardín;
¡No porque te extrañe!
Sino porque nada de tí ya hace parte de mí.
Y he dejado de buscarte en mares azules,
En manantiales y jardines de girasoles.
¡¿Y por qué te busco?!
Si la verdad es que nunca has existido.
Y simplemente he dejado de escuchar nuestra música,
Y también he dejado de mirarte en mis sueños.
He llegado de llamarte y gritarte a los cuatro vientos,
No porque sea egoísta, sino porque he dejado de sentirte.
Y tal vez sea yo,
El que no supo escucharte, amarte ni valorarte,
Y quizá sea yo el que no pudo ni mirarte;
¡O quizá! Todo lo que fuimos se quedó en un tal vez.