No poseo ni un peso. Solo un desolador frenesí, un par de gallinas y un conuco.
Dime si me va a quere?
Soy hombre de poca palabra.
En lo ma’ alto de la loma tengo un bohío donde aparecen los cucuyos al anochecer, donde el matorral lo cubre, donde la niebla lo arropa en el amanecer, donde el sol se acuesta en la pradera del oeste. Críe las vacas, sembré los romeros, chapie el pasto verde y es nuestro pa’ viví mi muchachita vieja.
Entre pinare’ y arrozale’ soñaremo’. Los grillos y la lechuza harán su canto. Pa’ traete conmigo.
Tengo la tinaja repleta de almidón y albahaca, y vívere’ en demasía pa’ llena tu pansita. Me convertiré en manantial de montaña pa’ moja tu roca arcillosa.
El gallo canto, la luz se asomo, las amapolas se abrieron, el gato maúllo, la araña tejió, los rulos se maduraron. La cama ta’ tendía con sabana’ blanca, ya el café totao’ ta’ pueto’ en el fogón pa’ ti mi trigueña bella.
No poseo ni un peso, solo un amor parco, una cosecha de yautia y cepa de apio. Un sembradío de flores, un merengue de la 4.40.
Dime si me va a quere? Quisiera ofrécete el mundo pero no puedo, así que acepta todo lo que te puedo da’ un amor sólido que queriéndote da’ todo, te da’ todo lo que e’.
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