Graciela Rivas

Sean eternas

Con ustedes siento que el tiempo logra detenerse.

Sonrisas risueñas iluminan y dan calidez a nuestro hogar cada vez que estamos juntas.

Nuevos secretos son descubiertos y resguardados en nuestras almas.

Sé que pueden sentir ésta paz y que el sentimiento de soledad finalmente desapareció.

 

Tener la fortuna de escuchar sus risas y poder disfrutar de las magia de ellas. Me dan vida.

No sé si algún día seré capaz de saber porqué fui merecedora de ustedes. 

Pero nos pertenecemos.

 

Otro día pasó y las amo aún más que ayer si eso fuera posible. 

Me inspiran a soñar y mi sueño son ustedes. 

No importa si algún día nos separamos, conozco el camino hacia ustedes. 

Mi piel está tatuada de sus abrazos y mis manos recuerdan las suyas.

 

Quisiera evitar que lágrimas cayeran por sus mejillas,

y que cualquier dolor suyo pudiera sentirlo yo. Y no puede ser así, ¡que lástima!

Tomaré el atrevimiento de hacerles la promesa que mientras viva, buscaré apaciguar su dolor.

Y mantendré esa promesa aún si muero, pues mi alma siempre las recordará como un milagro en mi vida.

 

Todo lo que necesito,

hermanas mías...

 

Sean eternas.