El cáliz de lluvia cae como crepúsculo rojo,
los cirios en el mundo pierden su luz,
se desvanece los aromas y las risas
dejando un mudo silencio en la mirada.
Será hora de aceptar que ya no somos
y que ya no seremos,
tu cuerpo se ira a la tumba intacto de emociones,
mis tristezas en cambio se irán con las estrellas.
Entonces se caerá el viento y el sol se ondeara,
la gaviota herida de soledades buscará el camino perdido,
la taza de la vida se derramará en mi nostalgia,
los círculos de las nubes se agrietaran.
Tus besos destruían los monstruos de la noche,
los latidos de tu corazón laboraban laberintos de pasión,
toda tu figura se cerraba geométricamente con mi cuerpo.
ahora si podrá la brisa abrirme la puerta de la angustia.
Los días amanecen con la queja de los peces,
toda semblanza se encuentran carcomida por tu ausencia,
el alma sin tu aroma se queda al descubierto,
fundiendo el sol y la tierra en un solo llanto.
Mi corazón empieza a imprimir latidos en la piedra,
las letras me dispersan, las palabras me absorben
cuando quiero marcharme contigo ya te has ido,
retornaré ansioso a la luna en nubes de encaje.