El reloj va marcando paso a paso
los segundos, los minutos y las horas,
mientras yo, descansando en tu regazo,
oigo tu voz dulcísima y sonora.
Esa voz que me arrulla tiernamente
y hace infinito el placer de estar contigo,
me dice con amor y ténuemente
\"eres mi vida y por eso te bendigo\".
¿Cómo no amarte tanto como te amo?,
¿cómo no ansiar tus besos y tu boca?,
y es por eso que corro hacia tus manos
para traerte a mí, con ansias locas.
Un abrazo profundo nos envuelve,
y fundimos nuestros cuerpos con pasión,
son sentimientos que esa pasión disuelve
y que colman nuestros mundos de emoción.
El reloj sigue andando y ya son años
los que hemos caminado a paso firme.
¡No me sueltes amor, no me hagas daño,
porque nunca de tu lado querré irme!