“Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir”
Jorge Manrique
Agua clara adornada sin matices
por los juncos que bordan la ribera
con el verde de tallos y raíces
que llevan la corriente prisionera
a un destino ulterior desconocido,
a ese océano inmenso que la espera.
Y queda el manantial en el olvido,
su origen y las ramblas caudalosas,
aquello que en su vida dio sentido.
La existencia son veredas sinuosas,
exigua alegría, muchas tristezas,
son meandros y trampas dolorosas
buscando el mar de la fe o las certezas.