Cuando un poeta ama
ni la nube más gris
puede ocultarle el sol.
La persona amada está
en la lluvia, en el viento,
en el mar y el firmamento
y nunca de allí se va.
Un poema no es suficiente;
las palabras son muy pocas.
Ni mil millones de bocas
pueden decir lo que se siente.
Las palabras salen sobrando
pues con solo una mirada
para la persona amada
el corazón está hablando.
Aunque no esté el ser amado,
se lo besa con el alma.
La tormenta se vuelve calma
aunque no se esté a su lado.
Cuando un poeta ama
tiene los ojos cerrados
y solo se abren para su amor.