Como cascada celestial y cantarina
Su voz inundaba el alma
Sus ojos pequeños y vivaces
Arrancaban estrellas de luz.
Siempre sola como mi soledad
Con los negros cabellos al viento
Cabizbaja y silenciosa caminaba
Como pateando el tiempo
Guardián silencioso fui
Siguiéndo de lejos sus pasos
Como cuidando su alma
Acompañando su soledad.
Al verla siempre tan sola
Un peluche de felpa compré
Pero ella no la aceptó
Y allí en la arena el muñeco dejé.
Los años raudos volaron
La secundaria sus pasos acariciaba
Un triste poema con garabatos escribí.
Y mi cuaderno en su mesa “olvidé”.
Y el tiempo inexorable pasó
Un día en algún lugar nos vimos
Nos miramos tiernamente
Pero jamás hablamos
Sé que en alguna parte me espera
Que me añora como yo
Pero el tiempo tragó mis ansiedades
Y nuestro amor en el tiempo se extravió.
Lima, 12 de enero del 2021