Con las manos en los bolsillos
donde hurgaban sin destino
por unos pequeños hoyillos
la libertad del adivino.
En un plastificado papel
pintado de verde color
se encontraba como Rapuncel
la dama vestida de honor.
Era la reina del oropel
por poco valor avaluada
lloraba en aquel papel
encarcela se encontraba.
Con el ágil movimiento
una mano revolvía
en un preciso momento
una cadena ya subía.
Que tambien la sujetaba
para acortar su salida
al pantalón una traba
como esclava una vida.
Un trozo de tela blanca
que servía de pañuelo
para anunciar por el anca
su rendición como señuelo.
El dueño no se inmutaba
de tan sinceros mensajes
reía a carcajadas
dándole bravos masajes.
A cuenta del zarandeo
por los hoyitos formados
fue cayendo en el papeleo
la reina en fotos picados.