…y otra vez lloraba, lloraba no solo por tristeza, no solo por miedo. Sino por frustración, frustración que ella sentía cada vez que la soñaba, cada vez que la pensaba, cada vez que pronunciaba su nombre y cada vez pidiéndole al viento…a las estrellas…a la luna…al destino…a la vida, pedía volverla a ver, pedía verla una vez más, despertando de ese sueño abrumador que la acorralaba.
Ella lloraba por esa frustración que sentía de no poder verla, de no poderla tener en sus brazos, de no poder aspirar ese perfume embriagador que aspiró aquella última vez que la vio, lloraba susurrando su nombre, implorando verla.
Con ojos llorosos, la voz temblando, repitiendo una y otra vez: ¡…! ¡…! ¡…! ¡Quiero verte! Como si fuera su estrella fugaz, porque la deseaba, la quería, era todo lo que ella anhelaba en ese momento, que la abrazara y la hiciera sentir que todo estaría bien.
Y aun así, ella sigue esperando verla de nuevo y no seguir llorando por ella…Todavía lloro por verte.