Bajo el antigûo muelle te leí mis poemas,
te conté de mis sueños sentados en la arena.
El viento castigaba tu morena figura
y tu sentiste frío en la vieja estructura.
La violencia del mar se convertía en espuma,
la sal se condensaba en tu piel nacarina
y mi mirada hervía y tu mirada hervía.
Y era nuestro el paisaje y era nuestra la vida.
No pude contenerme:Tu boca parecía,
un océano de miel en la amargura mía,
absorví de tu boca esencia de poesía
y mientras te besaba,
mi angustia se extinguía.