Separan muchos años el encuentro
con las escenas de un pasado que era tuyo.
El polvo en esta casa indiferente,
sin muebles los pasillos,
ciudad ajena y vida que perdiste
dejando su huella de plenas miradas,
silencios en la boca.
Te esperan noches donde todo falta
y sombras de lo ya vivido,
parecen del recuerdo otros lugares
las calles que repite la lluvia.
Comercios sucios y bares cerrados
son la memoria de este erial,
como un peso en los hombros,
heridas del pasado.
Nada en el hoy permanece de ayer,
tú buscas lo que no existe,
refugios son señales antiguas.
Extraño es el camino de quien regresa
y no recuerda sus fortines,
el tiempo alguna vez disfrutado,
las torres altas y polvorientas
adonde sólo ha de encontrar distancia.
Sabes que guardan los años derrotas
y noches con oscuras pasiones,
nostalgias donde tu frente apoyas
anclado en el presente.
Hablar desde la pérdida no te sirve,
las fotos y sus ojos sin medida
devuelven el paisaje de tu infancia.
Bajo frías nubes el verano se ha ido,
la historia de sus gozos y promesas.
Aquel espacio sientes muy hondo
latiendo en todas las cosas,
intacto hasta la médula
lo que no ha de volver pero duele,
el mudo rostro de tu pena