De nuevo estoy aturdido
con el alma apesarada
sintiendo cómo la nada,
es nada, si estoy perdido.
A veces muy confundido
me atrapa la incertidumbre
con sabor y olor a herrumbre
en mi aturdida cabeza
que me provoca tristeza
y profunda pesadumbre.
Y la pesadumbre es dura
carcomiendo las entrañas
con dolores, con migrañas
atrofiando la cordura.
Y la niebla y su espesura
desdibujan el camino
confundiendo mi destino
y la meta establecida
que luchando por la vida,
de seguro, la culmino.
Pero claro, me levanto
con ánimo en mi existencia
porque aún tiene vigencia
ese amor que yo amo tanto.
Y libre de mi quebranto
como el soplido del viento
recobro mi sentimiento;
y, aquel cielo claroscuro,
que frenaba mi futuro
es mi luz y firmamento.