Lenguajes modernos que cansan,
de muchos que ni uno se entiende;
los que hablan son una esperanza
y todos juegan al valiente.
Valientes que engañan a la sociedad
de la cual se sienten hasta saciar
su anhelo impotente de siempre estar
en un lugar superior al de los demás.
Valientes que han ideado
proyectos de ayuda al estado
en los que nunca han olvidado
su puesto por amor devaluado.
Su idioma, el dinero, nunca va a perder,
si sólo ilusiones ha de conocer
del pueblo mayor, la oposición,
que grita angustiado sin un alivión.
Insultos sutiles son la distracción
del muerto de hambre sin solución,
sin conformismo y sin nada que hacer,
si no hay dinero y no existe poder.
Dirán palabras bonitas que han de exaltar
al duro oponente difícil de ganar,
al que aún no han logrado quitar el poder
si tienen negocios distintos que perder.
Facetas de la vida diaria,
con fuerza en la fase eleccionaria;
y se mueven las cuentas bancarias
para comprar su puesto en la burocracia.
Todos ellos son un cáncer social
que matando al pueblo van a terminar,
si la prole ingenua no va a levantar
su mano, y a estos desmamantar.
ULISES/90