Amanecer diecinueve
Que dia el de ayer, con el covid merodeando
y nosotros recorriendo todo el hospital,
para ir a una valoración,
mi mente psicorigida, te contagió fiebre.
Estuviste atenta,
nos respondiste desde tus sombras,
con parpadeos,
y esa fué mi felicidad.
Casi te pregunto si querias un mojito,
ves mi Monita linda, que no te dejaría por nada,
que saldremos caminando un día,
sigue tu lucha,
yo, cada vez me ingeniaré,
como conseguir un nuevo avance
y me conoces lo tozudo que soy.
Si no logras recordar nada,
empezaremos, para hacer las cosas mas fáciles...
por el día en que nos vimos por vez primera.
Te recordaré, que te invite una copa de helado...
como para calmar una asamblea de esquimales.
Que tus ojos brillaron como soles,
que luego caminamos por el pueblito
y te resumí mi vida diciéndote:
Hola, soy un chico de apenas 59 años, cocino, lavo y plancho,
vivo solito, en una casa grande,
no ronco
y duermo en posición fetal y tu ?
Yo no, me respondiste y empezamos a reir,
ahí, supe que escribiríamos una historia interesante
entrelazando nuestras vidas.
Dejamos que el sentimiento superara la sorpresa,
fueron muchas noches
de alegre tertulia telefónica,
hasta que la ruleta del amor dijo: si.
Y aquí vamos,
ocho años compartiendo la vida,
las lágrimas,
las felicidades;
ahora Dios nos coloca esta prueba,
pero aqui estoy y no me daré por vencido.
Lo que tenga que hacer por ti lo haré,
por gratitud y por amor,
para que no falle.
Aprenderemos el lenguaje del pestañeo.
Finalmente el amor es acción, no palabras.
Será un lenguaje muy elemental.
Para decir: mi cascas, te amo, un parpadeo.
Para decir: me canse de ti...
trescientos noventa y ocho parpadeos rápidos.
Pero deberás tener cuidado,
porque trescientos noventa y siete parpadeos,
quieren decir: abrazame fuerte y no me sueltes.
Parpadear con los ojos húmedos,
como los míos ahora, significa:
Te amo y te esperaré,
una o cien vidas si fuere necesario.
Ron Alphonso
13 de enero 2021