el amor
también lo dictan los suspiros
lo que sucumbe
un párpado en la ventisca
pero tú
que llegas despacio y mío
te quedas
muy dentro de las nubes que se avivan...
eres emoción pleural
y para siempre
puedo decir adiós
a las cuestiones efímeras que mueren
como luces tenues
pues eres y mis sentidos vibran
porque tú
cálido inquilino de los templos
sanguíneos que palpitan
de los segmentos que se estremecen
y atesoran todo
mientras yo sea yo
te pido que me recuerdes
cada ocaso pinta un arrebol
y la vida reverdece
con lágrimas y rayos de sol