Mi lamento en esta travesía
repica
en otra arteria.
En la cual
me ocupo de mi lloro
al transitar por el camino
donde
únicamente es existente la neblina.
Mi lamento no me reconoce de día
Para hacer mi marcha más liviana
Pero de noche, cuando todo enmudece
Me atrapa el celaje
y calla,
hasta el grillo que solo me acompaña-
Mi lamento no ha perdido impulsos.
Es más fuerte y vengativo..
Me da miedo mostrarlo
Sin aviso.
Por eso, te ruego no lo provoques.
Nada puedo perder poque he quedado
Desnuda ante el vacío
Y eso es todo lo que tengo.
Mejor, no lo provoques.
No hay olvido.-
Amalia Lateano
1/2021
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