No hay pleito legal más inútil que la impugnación a la paternidad de Dios. Hay suficientes pruebas de que todos somos hijos suyos. (Alejandro Díaz)
Señor, si; Señor, Tú
que supiste por mí morir en la cruz;
quiero entregarte mi canción necesaria
que más que oración, es una plegaria
para que me des cabida en tu corazón.
Ayúdame señor a entender el perdón,
y también a los perdonados
que andan por allí como almas libres
sin una palabra que a ti se aproxime…
Recibe señor, mi oración necesaria
Y haz que ella sea la palabra diaria
Que le sirva a mi alma de alimento,
Que salga de mi boca en todo momento
Y que predique lo no predicado
Porque quiero verte reivindicado
Cuando llegue el día del encuentro.
Yo, Señor, yo
Quiero vivir esa prueba de amor.