Levantarte de una vez
ya es otra historia
atrás quedó la juventud
de la osadía,
la que en las mieles siempre
se bañaba,
la que en futuros frentes
se veía.
Atrás quedó la fuente
de la vida,
aquella que llenaba
siempre tus ideas,
la que manaba fuerza
y era poeta
la que creaba versos
noche y día.
Ahora que tus huesos
se rebelan
por no seguir la marcha
que ahora ansías
déjame que te diga
la razón:
aún hay corazón,
aún hay vida.