En el espacio intergaláctico,
Yo era estrella solitaria
que navegaba entre
las galaxias buscando
mi estrella favorita
sin caer en el vacío.
En los electrones
esperaba una luz
que no podía
iluminarme con carga
negativa.
Contemplaba los fotones
porque ellos propagan
su luz en el vacío volviéndolo
atractivo.
Pero entre el plasma
intergaláctico, el viento
estelar tenía consigo
protones que son tan
limpios, diluidos, sin polvo
ni escombros, son simétricos,
y es así el amor real,
como un protón, convirtiéndolo
en uno sobre cero.
Milye Florian
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