Nelly Castell

Tres etapas de amar

Adolescencia prematura

Amanezco perdida en su luz,
sus manos suaves acariñando
mis trenzas de adolescentes
que se enroscan en lo terso de tu piel
de canela con sabor de miel.

Un aire de quince primaveras
desordena el aterciopelado
sueño de quimera y se adormecen
tus palabras en mis oídos,
es verso, con rimas o sin ellas
como quieras decir, susurros de lunas

y estrellas dormidas suelen acontecer
ante la fresca mañana
que a la memoria suelen volver
y ¡qué rico sentirnos fruta fresca!
de tu vergel sometido al placer

inmadurez desmedida, que aunque
pasen los años siempre cuando
estoy tan sola, vienes a bañarnos
la pureza sin censura, la delicada,
penetra en mi corazón
convertidos en sueños de cuna,
eternos enamorados que el deseo arrulla.


Amor que arrasa

Sentada en tus piernas, emocionada
porque el calor arrasa mis contornos
elevando a la metamorfosis
que nos traspasa a otra dimención.

Me levanta el suspiro del anochecer,
esperando que el otro día vuelvas a querer
todo en mi, tú penetrar en mi interior.
Sentir uniones de lazos deliciosos
aires y suspiros emprendedores de amor,
llegando a lo sublime y primoroso.

Miradas prendidas y acaloradas
que encienden llamas apasionadas,
delirios cautivos, que en nuestro nido
cada deseo multiplica un apetecer,
dos cuerpos desnudos brasa y nudos
queriendo por siempre volver, volver.

El amor abraza los sentidos
y los hace unidos en murmullos
de alcobas, descender eslabones
hasta llegar alcanzar el sol
con ambas manos, queriendo aplaudir
los designios de vida por venir.

Se elevan plegarias locas
con un blanco elixir saboreado  por
nuetras bocas queriendo
y deseando con todas fuerzas
dilatar ese amor que pensamos
que por siempre pueda existir.

Amor y desenfreno

Las grietas no pueden cerrar,
ni tampoco las heridas, 
que abiertas deben quedar,
tan fácil es susurrar en un oído
los te quiero que suelen ser borrados
por enteros, tontos e ingratos enamorados
que no le permitimos entrar como deseen.

Hay un momento en nuestra vida
con la experiencia y madurez obtenida
te vuelves un cero a la deriva,
ya no hay nada que impida
lo que quieras hacer,
es hora de correr por las calles
del tiempo atrevido que nos enfrentó.

llevando tacones altos y un pañuelo
decorando nuestro cuello,
atrapando ceñuelos,
gratificando los anhelos
recordados a degüello,
y nos hacemos las sorprendidas,
entregando amores sin medidas,

Es lo que nos queda por ofertar,
no podemos pensar
en el amor verdadero
ese no nos cae del cielo
y llega cuando debe llegar,
amor aventurero la puerta abro
y te dejo todo el tiempo
que quieras entrar,
ven y llévame a tu mar de aventuras
y hagamos todas las locuras
que nos hagan soñar.