Tenías los ojos deshumanizados
y una manera insolente
de decir las cosas.
Yo era débil
por falta de armiño
y ni a ti ni a nadie le importaba
hasta la noche de los aguijones
y los zancudos
donde perdí las pocas fuerzas
a pesar del declive
Los sueños continuaron cabalgando
hasta encontrar
la punta del iceberg
donde tus oídos explotaron
Y no es que mi voz fuera explosiva
solamente armoniosa y leve
y tu estabas acostumbrado
al empellón y la tortura
para poder saciar tu instinto
descompuesto
Tenías los ojos deshumanizados
y un sabor a desamparo
entre una crueldad
imposible de extinguir
A pesar de las cartománticas
y las brujas
a pesar de los anhelos
sembrados en tierra santa
a pesar de mi
y hasta a pesar de ti
Tenías los ojos deshumanizados
y un escuadrón de verdugos
en el pecho