Con gran desdén
Tu me dejaste
en mi sentido
corazón maltrecho,
sin embargo te tengo,
desde el fondo de mi alma
un perdón secreto.
Tu amoroso olvido,
oculta mi dolor perdido
con una sonrisa mis labios
dolientes, callan continuamente,
la lluvia que los baña,
de sabor hiriente.
Un hasta luego que es un adiós,
es un arrebato pueril,
mas en mi interno
hay una negra nostalgia
que se profundiza al verte partir.
Aspiro con la soledad
del rosal marchito
a una reconciliación
con mansedumbre
de esta parte mía
y solo por tu amor mi vida,
he depuesto mi arrogancia y el orgullo
que por sangre llevo.
He de volverte a ver
vida de mis agonías,
para que vibre mi alma dormida
y así, en la oscuridad con estrellas
ellas sean más bellas
cuando tu estés en mí.
Y tu hermosa figura como serafín
en mis sueños aparece,
en las noche fugaces,
bailando y riendo,
volando y jugando,
sonriendo, como el ángel
que regresa a mí.