Tú,
que cumples con los requisitos mínimos,
que eres guapo, atento y servicial,
que te gusta la novela negra,
que prometes y besas de verdad.
¿Por qué has llegado tarde?
¿Por qué has venido ahora que no soy,
ahora que no río ni bailo como antes?
Vienes, ahora que no puedo ofrecerte mi ser,
que no tengo corazón bastante
para poder saciar tu sed.
Mi amor no tiene esa fuerza salvaje
que ya entregué a quienes no la merecían.
No vuelo, mi alma ya no arde,
ya no escribo la misma poesía.
Tú,
que no te piensas rendir,
que te preocupas, que me cuidas como nadie,
que has apostado todo por mí,
que caminas de mi mano hacia adelante.
¿Por qué has llegado tarde?
Vienes,
ahora que soy incapaz de olvidar,
que vivo más en el pasado que en el presente,
que tengo heridas que no saben cicatrizar,
que convivo con una ilusión inexistente.
Dime, ¿por qué?,
¿por qué has llegado tarde?