Encontré un corazón destrozado; con piezas por todos lados,
las recogí como un caballero,
me puse armar cada una de ellas y al terminar, la última pieza se aferró a mi.
Le dije que eso no puede ser porque mi corazón tiene dueño y ya es muy feliz.
Tres corazones pueden latir pero solo dos son felices.
Mis venas las llena de amor,
mi corazón late por ella,
no te aferres a un corazón que ya tiene dueño por qué tu amor se quedará como sueño y de nuevo puede ser destrozado por no ser amado.
Autor: Yohny Ramírez Nuñez.